viernes, 15 de septiembre de 2006

Carta de un soldado inglés... desde el frente

5 de febrero de 1918
Francia, por la noche
Cariño mío,
Ahora, si no hay problemas, vas a saber todo acerca de lo que ocurre aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa cuando te llegue esta carta... ¡Si alguna autoridad la ve! (...)
Quizá te gustara saber como está el ánimo de los hombres aquí. Bien la verdad es que (y como te dije antes, me fusilarán si alguien de importancia pilla esta misiva) todo el mundo está totalmente harto y a ninguno le queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le importa un rábano si Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que quiere todo el mundo es acabar con esto de una vez e irse a casa. Esta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado en los últimos meses te dirá lo mismo.
De hecho, y esto no es una exageración, la mayor esperanza de la gran mayoría de los hombres es que los disturbios y las protestas en casa obliguen al gobierno a acabar como sea. Ahora ya sabes el estado real de la situación.
Yo también puedo añadir que he perdido prácticamente todo el patriotismo que me quedaba, solo me queda el pensar en todos los que estáis allí, todos a los que amo y que confian en mí para que contribuya al esfuerzo necesario para vuestra seguridad y libertad. Esto es lo único que mantiene y me da fuerzas para aguantarlo. En cuanto a la religión, que Dios me perdone, no es algo que ocupe ni uno entre un millón de todos los pensamientos que ocupan las mentes de los hombres aquí.
Dios te bendiga cariño y a todos los que amo y me aman, porque sin su amor y confianza, desfallecería y fracasaría. Pero no te preocupes corazón mio porque continuaré hasta el final, sea bueno o malo ( ...)
Laurie
. Leonard Cohen canta The Partisan

9 comentarios:

Leonardo dijo...

¡Cuanto más cruenta fue la Primera Guerra Mundial! y sin embargo, por lo "masiva" (en cuanto en números se trata) que fue la Segunda, hay veces se la olvida un poco o no se la tiene tanto en cuenta.

Viernes y Trece dijo...

Traslada esta misiva a la guerra del Golfo, o a la de Kosovo, o a la de Irak, o a la de .... .
Siempre es lo mismo: una guerra declarada en un despacho por unos pocos, y miles y miles de personas muriendo por algo que ninguno de ellos termina de entender ni comprender.
¿Os habéis parado a pensar en la cantidad de guerras que estamos viviendo en tan poco espacio de tiempo?.
La paz se ha convertido en la mayor utopía de todos los tiempos: pasado, presente y futuro.

Anónimo dijo...

Impresionante testimonio, y lo más fuerte es que posiblemente ese soldado se presentó voluntario, como muchísimos otros, en 1914 porque pensaba que la guerra era el motor que cambiaría a la sociedad.

Esa dicotomía entre la visión romántica de la Gran Guerra y la realidad de las trincheras puede verse, creo, en la película "Sin novedad en el frente" (creo que es de 1930)

Se podría hablar mucho acerca de la I Guerra Mundial, que sin duda marcó un antes y un después en la historia de la humanidad; tal vez porque la gente se dio cuenta, por primera vez, de lo que es una guerra.

Saludos!

princesa del vértigo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, PAJEU, no hago más que pensar en ello constantemente. ¿hacia dónde vamos?

Pilar M Clares dijo...

Muy interesante la visión íntima del espectáculo circense que, pasado un siglo, nos sigue situando al frene de la muerte propia y de la ajena.

Un soldado israelí se rebelaba en una entrevista de Hernán Zin (blog VIAJE A LA GUERRA de 20minutos) contra sus órdenes de matar, contra el horror que hemos visto mientras veraneábamos impotentes ante esa prueba armamentística, esa matanza de civiles indisvriminaba con el beneplácito de EEUU y el ladeo de la ONU y la UE. Un saludo

Anónimo dijo...

"Senderos de gloria" Stanley Kubrick.

Anónimo dijo...

Impresiona pero no sorprende. Espero no verme nunca en una guerra. Al paso que vamos...

Zorro de Segovia dijo...

¿en cuál de esas trincheras está Dios? ¿en qué cayuco o patera viaja? ¿hay más Dios en un caliz de oro que en los ojos de un senegalés recién devuelto a su tierra o en los de un chaval muerto de miedo bajo su chaleco antibalas?

Leon dijo...

La carta es muy hermosa. Es difícil no ponerse en la piel del tal Laurie en su trinchera, harto y asqueado de todo.
Como dice Leonardo la Primera Guerra demostró lo muy abajo que puede caer el ser humano.
Y sí que podemos pensar que ese soldado es el de cualquier guerra, al final son carne de cañón enviada por gente para los cuales los muertos son números.
Curiosamente el rey de Inglaterra y el kaiser de Alemania eran primos carnales.
"Senderos de gloria" es ESPECTACULAR.