Pero no la oí. Estaba pensando en otra cosa. En una cosa absurda.
-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?
-¿Qué?
-¿Te acuerdas de esa canción que dice, si un cuerpo coge a otro cuerpo, cuando van entre el centeno... Me gustaría...
-Es si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno -dijo Phoebe-. Y es un poema de Robert Burns.
-Ya sé que es un poema de Robert Burns. Tenía razón. Es si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno, pero entonces no lo sabía.
-Creí que era, si un cuerpo coge a otro cuerpo -le dije, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay montones de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a dónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer en todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura. Phoebe se quedó callada mucho tiempo. Luego, cuando al fin habló, sólo dijo:
-Papá va a matarte."
El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, escritor estadounidense (1919)
(a) el poema original del escocés Robert Burns (link)
El relato empieza así... y al margen de la enorme leyenda urbana que rodea al autor y a este libro en concreto, es uno de los principios más originales que he leído...
"Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas,..."
"Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas,..."
6 comentarios:
Para poder decir algo me he metido en Google, porque si no... Así que este es un personaje frío que en el fondo no lo es tanto. A veces pasa, nunca se sabe lo que lleva uno por dentro.
Este libro tiene buena pinta. *
El tema de cómo se inicia una novela, de su primer párrafo, es muy interesante.
En la mayoría de los casos, las primeras frases te dejan indiferente. Sin embargo, a veces son decisivas para atraparte, y en otras ocasiones sólo las aprecias en lo que valen cuando has terminado la novela. :-)
joer, debo estar tan espeso como Low Rita o como siempre podré achacarlo a que soy de ciencias
El Guardián entre el Centeno, me parece un libro revolucionario, en el sentido de que te hace replantear todo el sistema de creencias, y pensamientos que tenemos. Creo que estuvo prohibido en Usa un tiempo.
Es un libro imprescindible para leer, sobre todo en la adolescencia...
También a mi me parece un libro que hay que leer. No creo que sea una obra maestra ni nada, pero me parece muy cercano, toca mucho la tecla adecuada de cada uno.
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