domingo, 30 de septiembre de 2007
Nació mi sobrino Simba... que pasada
La verdad es que el cachorrito Simba es un alucine, su madre la querida It's a pleasure se encuentra muy bien y el resto seguimos embobados con cara de tontos. Además este niño va a ayudarnos mucho a todos.
"Cuando el primer bebé se rió por primera vez, su risa se rompió y estalló en mil pedazos y ese fue el comienzo de las hadas. Y así ahora cada vez que nace un nuevo bebé su primera risa se convierte en un hada. Así que ahí es donde deben estar."
James Matthew Barrie, escritor escocés autor de Peter Pan (1860-1937)
Canta el gran Serrat "esos locos bajitos"...
.
sábado, 29 de septiembre de 2007
Felicidades... en el dia de vuestra boda
"Matrimonio. Es difícil de definir. Especialmente para mí, que he huido de él. Aún así nadie puede negar el hecho de que el matrimonio, junto al nacimiento y la muerte es uno de los tres grandes hechos del safari humano. Y es el único que celebraremos con conocimiento consciente. Muy pocos podéis recordar vuestra llegada y menos aún asistiréis a vuestro funeral. Tomad una sociedad, cualquier sociedad, Zuni, Nudembo, holandeses de Pennsylvania. ¿Qué tienen en común? El matrimonio. Es como una barandilla cultural. Une a los muchachos al pasado y los lleva al futuro. Y no es todo. El matrimonio es la unión de elementos diferentes. Proton y electron. ¿De qué hablamos aquí? Nada menos que la mayor tensión que hay en el universo. Veréis, al mirar el matrimonio, miramos a la creación misma. "Soy el cielo", dice el novio hindú a la novia. "Tú eres la tierra. Somos el cielo y la tierra juntas... Tú eres mi marido. Tú eres mi mujer. Mis pies correrán por tí. Mis pies bailarán por tí. Mi corazón late por tí. Mis ojos ven por tí. Mi mente piensa por tí y amaré por tí. Bueno ¿os parece bien esto, chicos?"
Chris Stevens en Doctor en Alaska.
La música es la "secret wedding" de braveheart...
.
viernes, 28 de septiembre de 2007
Seguimos con los proverbios.. esta vez sobre oportunidades
Antiguo Proverbio Chino.
Se me ocurren veinte casos a los que aplicar este proverbio chino y supongo que a todos nos pasará lo mismo. Lo difícil es saber ver la oportunidad y no cegarse con la crisis. O ver las oportunidades que no son.
El Lado Oscuro de la Fuerza (o sea el alma de auditor) me dice que no estaría mal hacer un análisis DAFO de estas situaciones, pero eso no suele funcionar. La mayoría de las veces los hechos acaban por derrumbar cualquier previsión. Y todo sale de una manera distinta a lo previsto y no necesariamente mal. En fin, crisis y oportunidades, si lo dicen los chinos será verdad. Son muchos.
Macy Gray canta "I try"
.
jueves, 27 de septiembre de 2007
La democracia... y la riqueza
Richard Stallman, informático norteamericano promotor del software libre (1953)
Y yo digo: ¡Amén!
Para acompañar canta la Velvet Underground la gran "sweet jane":
.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
El fuego y el humo... con la princesa prometida
Proverbio africano.
Y la pregunta del proverbio se refiere a todo. Tu puedes intentar que no se vea que estás muy feliz, pero se te notará. Y lo mismo sucede si estás muy triste y no digamos cabreado, aunque pongas buena cara y te esfuerces habrá serios y oscuros nubarrones sobre tu cabeza igual que sucede en los dibujos animados.
Y qué decir de si estás enamorado, por mucho que quieras disimular podrás tapar el incendio, pero el humo lo verá quien tenga ojos en la cara y quien más mire, más lo verá. Y lo mismo al contrario, cuando la pasión se apaga, cuando se acerca el finito benito, no se puede sonreir a todas horas.
En fin, que una vez más llego a la conclusión de que no tenemos ningún control sobre lo que nos pasa. Es mejor dejar que el humo diga lo que pasa.
Acompaña la música de Mark Knopfler para la inolvidable película "la princesa prometida" (youtube)
.
martes, 25 de septiembre de 2007
Los rios y los puentes... en italiano
"Siempre me han sorpendido las vueltas absurdas que tienen que dar los rios para poder pasar por debajo de todos los puentes."
Beppe Grillo, cómico y crítico italiano (1948) (su blog)
¿Por qué el italiano es tan bonito? ¿Y por qué es verdad que los ríos dan vueltas absurdas en vez de ir en línea recta?
Canta en italiano Franco Battiato...
E ti vengo a cercare anche solo per vederti o parlare perché ho bisogno della tua presenza per capire meglio la mia essenza. Questo sentimento popolare nasce da meccaniche divine un rapimento mistico e sensuale mi imprigiona a te. Dovrei cambiare l'oggetto dei miei desideri non accontentarmi di piccole gioie quotidiane fare come un eremita che rinuncia a sé. E ti vengo a cercare con la scusa di doverti parlare perché mi piace ciò che pensi e che dici perché in te vedo le mie radici. Questo secolo ormai alla fine saturo di parassiti senza dignità mi spinge solo ad essere migliore con più volontà. Emanciparmi dall'incubo delle passioni cercare l'Uno al di sopra del Bene e del Male essere un'immagine divina di questa realtà. E ti vengo a cercare perché sto bene con te perché ho bisogno della tua presenza.
.
lunes, 24 de septiembre de 2007
Yo acuso... hace 109 años
La historia del "Yo acuso" de Emile Zola (Wikipedia), es:
-1894, se acusa al capitán Alfred Dreyfus, judío y alsaciano, de alta traición y de colaborar con los alemanes. Pese a las declaraciones de inocencia del acusado, es condenado a cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana francesa.
-Marzo de 1896, el coronel Picquart, descubre un telegrama que prueba la inocencia de Dreyfus, informa a sus superiores y expresa su convicción de que fue un error atribuir el escrito a Dreyfus. El Estado Mayor destina a Picquart a la frontera del este y, posteriormente, a Túnez. Los tribunales militares se niegan a revisar el caso Dreyfus y tratan de sofocar el escándalo.
-1897 Con la ayuda del periodista Bernard Lazare, del senador Scheurer-Kestner y del diputado Joseph Reinach-, Mathieu Dreyfus, hermano de Alfred, promueve una campaña en Le Figaro para exigir que se investigue a Esterhazy y se revise el juicio de 1894.
-enero de 1898 Esterhazy, cuya letra es idéntica a la de los facsimiles del escrito que la prensa ha reproducido, es inculpado y comparece ante un tribunal militar; los jueces lo absuelven.
-13 de enero de 1899 Zola, escribe en el periódico L'Aurore la carta titulada «Yo acuso» (J'accuse). Ese mismo día, la policía detiene al teniente coronel Picquart. Por esta carta Zola recibió amenazas de distintos tipos y sectores, fue juzgado y condenado y debió enfrentar el exilio. Semanas después se confirma que el documento que se utilizó para comprometer a Dreyfus en el juicio era falso. El Tribunal Supremo, que había empezado a revisar el expediente Dreyfus en junio, ordenó la revisión del caso.
-junio de 1899, Zola regresa de su exilio. El Gobierno renuncia a tomar medidas contra él. Dreyfus, es trasladado a Francia, se somete a un segundo juicio y de nuevo le condenan los tribunales militares, que no acceden a reconocer el error judicial que se cometió antes.
-29 de septiembre de 1902, Émile Zola muere asfixiado en su casa por unos gases que salen de la chimenea.
-12 de julio de 1906 Dreyfus es rehabilitado en el ejército.
Aquí la traducción en castellano del original en francés (link)
Yo acuso - Émile Zola
París, 13 de enero de 1898
Carta a M. Félix Faure, Presidente de la República Francesa
Señor: Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensasteis, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, esta amenazada por la más vergonzosa e imborrable mancha?
Habéis salido sano y salvo de bajas calumnias, habéis conquistado los corazones. Aparecisteis radiante en la apoteosis de la fiesta patriótica que, para celebrar la alianza rusa, hizo Francia, y os preparáis a presidir el solemne triunfo de nuestra Exposición Universal, que coronará este gran siglo de trabajo, de verdad y de libertad. ¡Pero qué mancha de cieno sobre vuestro nombre -iba a decir sobre vuestro reino- puede imprimir este abominable proceso Dreyfus! Por lo pronto, un consejo de guerra se atreve a absolver a Esterhazy, bofetada suprema a toda verdad, a toda justicia. Y no hay remedio; Francia conserva esa mancha y la historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra presidencia.
Puesto que se ha obrado tan sin razón, hablaré. Prometo decir toda la verdad y la diré si antes no lo hace el tribunal con toda claridad.
Es mi deber: no quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro del inocente que expía a lo lejos cruelmente torturado, un crimen que no ha cometido.
Por eso me dirijo a vos gritando la verdad con toda la fuerza de mi rebelión de hombre honrado. Estoy convencido de que ignoráis lo que ocurre. ¿Y a quién denunciar las infamias de esa turba malhechora de verdaderos culpables sino al primer magistrado del país?
Ante todo, la verdad acerca del proceso y de la condenación de Dreyfus.
Un hombre nefasto ha conducido la trama; el coronel Paty de Clam, entonces comandante. Él representa por sí solo el asunto Dreyfus; no se le conocerá bien hasta que una investigación leal determine claramente sus actos y sus responsabilidades. Aparece como un espíritu borroso, complicado, lleno de intrigas novelescas, complaciéndose con recursos de folletín, papeles robados, cartas anónimas, citas misteriosas en lugares desiertos, mujeres enmascaradas. Él imaginó lo de dictarle a Dreyfus la nota sospechosa, él concibió la idea de observarlo en una habitación revestida de espejos, es a él a quien nos presenta el comandante Forzineti, armado de una linterna sorda, pretendiendo hacerse conducir junto al acusado, que dormía, para proyectar sobre su rostro un brusco chorro de luz para sorprender su crimen en su angustioso despertar. Y no hay para que diga yo todo: busquen y encontrarán cuanto haga falta. Yo declaro sencillamente que el comandante Paty de Clam, encargado de instruir el proceso Dreyfus y considerado en su misión judicial, es en el orden de fechas y responsabilidades el primer culpable del espantoso error judicial que se ha cometido.
La nota sospechosa estaba ya, desde hace algún tiempo, entre las manos del coronel Sandherr, jefe del Negociado de Informaciones, que murió poco después, de una parálisis general. Hubo fugas, desaparecieron papeles (como siguen desapareciendo aún), y el autor de la nota sospechosa era buscado cuando se afirmó a priori que no podía ser más que un oficial del Estado mayor, y precisamente del cuerpo de artillería; doble error manifiesto que prueba el espíritu superficial con que se estudió la nota sospechosa, puesto que un detenido examen demuestra que no podía tratarse más que de un oficial de infantería.
Se procedió a un minucioso registro; examinándose las escrituras; aquello era como un asunto de familia y se buscaba al traidor en las mismas oficinas para sorprenderlo y expulsarlo. Desde que una sospecha ligera recayó sobre Dreyfus, aparece el comandante Paty de Clam, que se esfuerza en confundirlo y en hacerle declarar a su antojo.
Aparecen también el ministro de la Guerra, el general Mercier, cuya inteligencia debe ser muy mediana, el jefe de Estado Mayor, general Boisdeffre, que habrá cedido a su pasión clerical, y el general Gonse, cuya conciencia elástica pudo acomodarse a muchas cosas.
Pero en el fondo de todo esto no hay más que el comandante Paty de Clam, que a todos los maneja y hasta los hipnotiza, porque se ocupa también de ciencias ocultas, y conversa con los espíritus.
Parecen inverosímiles las pruebas a que se ha sometido al desdichado Dreyfus, los lazos en que se ha querido hacerle caer, las investigaciones desatinadas, las combinaciones monstruosas... ¡qué denuncia tan cruel!
¡Ah! Por lo que respecta a esa primera parte, es una pesadilla insufrible, para quien esta al corriente de sus detalles verdaderos.
El comandante Paty de Clam prende a Dreyfus y lo incomunica. Corre después en busca de la señora de Dreyfus y le infunde terror, previniéndola de que, si habla, su esposo está perdido. Entre tanto, el desdichado se arranca la carne y proclama con alaridos su inocencia, mientras la instrucción del proceso se hace como una crónica del siglo XV, en el misterio, con una terrible complicación de expedientes, todo basado en una sospecha infantil, en la nota sospechosa, imbécil, que no era solamente una traición vulgar, era también un estúpido engaño, porque los famosos secretos vendidos eran tan inútiles que apenas tenían valor. Si yo insisto, es porque veo en este germen, de donde saldrá más adelante el verdadero crimen, la espantosa denegación de justicia, que afecta profundamente a nuestra Francia. Quisiera hacer palpable cómo pudo ser posible el error judicial, cómo nació de las maquinaciones del comandante Paty de Clam y como los generales Mercier, Boisdeffre y Gonse, sorprendidos al principio, han ido comprometiendo poco a poco su responsabilidad en este error, que más tarde impusieron como una verdad santa, una verdad indiscutible, desde luego, solo hubo de su parte incuria y torpeza; cuando más, cedieran a las pasiones religiosas del medio y a prejuicios de sus investiduras. ¡Y vayan siguiendo las torpezas!
Cuando aparece Dreyfus ante el Consejo de Guerra, exigen el secreto más absoluto. Si un traidor hubiese abierto las fronteras al enemigo para conducir al emperador de Alemania hasta Nuestra Señora de París, no se hubieran tomado mayores precauciones de silencio y misterio.
Se murmuran hechos terribles, traiciones monstruosas y, naturalmente, la Nación se inclina llena de estupor, no halla castigo bastante severo, aplaudir la degradación pública, gozar viendo al culpable sobre su roca de infamia devorado por los remordimientos...
¿Luego es verdad que existen cosas indecibles, dañinas, capaces de revolver toda Europa y que ha sido preciso para evitar grandes desdichas enterrar en el mayor secreto? ¡No! Detrás de tanto misterio solo se hallan las imaginaciones románticas y dementes del comandante Paty de Clam. Todo esto no tiene otro objeto que ocultar la más inverosímil novela folletinesca. Para asegurarse, basta estudiar atentamente el acta de acusación leída ante el Consejo de guerra.
¡Ah! ¡Cuánta vaciedad! Parece mentira que con semejante acta pudiese ser condenado un hombre. Dudo que las gentes honradas pudiesen leerlas sin que su alma se llene de indignación y sin que se asome a sus labios un grito de rebeldía, imaginando la expiación desmesurada que sufre la víctima en la Isla del Diablo.
Dreyfus conoce varias lenguas: crimen. En su casa no hallan papeles comprometedores; crimen. Algunas veces visita su país natal; crimen. Es laborioso, tiene ansia de saber; crimen. Si no se turba; crimen. Todo crimen, siempre crimen... Y las ingenuidades de redacción, ¡las formales aserciones en el vacío! Nos habían hablado de catorce acusaciones y no aparece más que una: la nota sospechosa. Es más: averiguamos que los peritos no están de acuerdo y que uno de ellos, M. Gobert, fue atropellado militarmente porque se permitía opinar contra lo que se deseaba. Háblase también de veintitrés oficiales, cuyos testimonios pasarían contra Dreyfus. Desconocemos aún sus interrogatorios, pero lo cierto es que no todos lo acusaron, habiendo que añadir, además, que los veintitrés oficiales pertenecían a las oficinas del Ministerio de la Guerra. Se las arreglan entre ellos como si fuese un proceso de familia, fijaos bien en ello: el Estado Mayor lo hizo, lo juzgó y acaba de juzgarlo por segunda vez.
Así, pues, solo quedaba la nota sospechosa acerca de la cual los peritos no estuvieron de acuerdo. Se dice que, en el Consejo, los jueces iban ya, naturalmente a absolver al reo, y desde entonces, con obstinación desesperada, para justificar la condena, se afirma la existencia de un documento secreto, abrumador; el documento que no se puede publicar, que lo justifica todo y ante el cual todos debemos inclinarnos: ¡el Dios invisible e incognoscible! Ese documento no existe, lo niego con todas mis fuerzas. Un documento ridículo, sí, tal vez el documento en que se habla de mujercillas y de un señor D... que se hace muy exigente, algún marido, sin duda, ¡que juzgaba poco retribuidas las complacencias de su mujer! Pero un documento que interese a la defensa nacional, que no puede hacerse público sin que se declare la guerra inmediatamente, ¡no! ¡No! Es una mentira, tanto mas odiosa y cínica, cuanto que se lanza impunemente sin que nadie pueda combatirla. Los que la fabricaron, conmueven el espíritu francés y se ocultan detrás de una legítima emoción; hacen enmudecer las bocas, angustiando los corazones y pervirtiendo las almas. ¡No conozco en la historia un crimen cívico de tal magnitud!
He aquí, señor Presidente, los hechos que demuestran cómo pudo cometerse un error judicial. Y las pruebas morales, como la posición social de Dreyfus, su fortuna, su continuo clamor de inocencia, la falta de motivos justificados, acaban de ofrecerlo como una víctima de las extraordinarias maquinaciones del medio clerical en que se movía, y del odio a los puercos judíos que deshonran nuestra época.
Y llegamos al asunto Esterhazy. Han pasado tres años y muchas conciencias permanecen turbadas profundamente, se inquietan, buscan, y acaban por convencerse de la inocencia de Dreyfus.
No historiaré las primeras dudas y la final convicción de M. Scheurer-Kestner. Pero mientras él rebuscaba por su parte, acontecían hechos de importancia en el Estado Mayor. Murió el coronel Sandherr y sucedióle como jefe del Negociado de informaciones, el teniente coronel Picquart, quien por esta causa, en ejercicio de sus funciones, tuvo un día ocasión de ver una carta telegrama dirigida al comandante Esterhazy por un agente de una potencia extranjera. Era su deber abrir una información y no lo hizo sin consultar con sus jefes, el general Gonse y el general Boisdeffre y luego con el general Billot, que había sucedido al de la Guerra. El famoso expediente Picquart, de que tanto se ha hablado, no fue más que el expediente Billot, es decir, el expediente instruido por un subordinado cumpliendo las órdenes del ministro, expediente que debe existir aún en el ministerio de la Guerra. Las investigaciones duraron de mayo a septiembre de 1896, y es preciso decir bien alto que el general Gonse estaba convencido de la culpabilidad de Esterhazy y que los generales Boisdeffre y Billot no ponían en duda que la célebre nota sospechosa fuera de Esterhazy. El informe del teniente coronel Picquart había conducido a esta prueba cierta. Pero el sobresalto de todos era grande, porque la condena de Esterhazy obligaba inevitablemente a la revisión del proceso Dreyfus; y el Estado Mayor a ningún precio quería desautorizarse.
Debió haber un momento psicológico de angustia suprema entre todos los que intervinieron en el asunto; pero es preciso notar que, habiendo llegado al ministerio el general Billot, después de la sentencia dictada contra Dreyfus, no estaba comprometido en el error y podía esclarecer la verdad sin desmentirse. Pero no se atrevió, temiendo acaso el juicio de la opinión pública y la responsabilidad en que habían incurrido los generales Boisdeffre y Gonse y todo el Estado Mayor. Fue un combate librado entre su conciencia de hombre y todo lo que suponía el buen nombre militar. Pero luego acabó por comprometerse, y desde entonces, echando sobre sí los crímenes de los otros, se hace tan culpable como ellos; es más culpable aún, porque fue árbitro de la justicia y no fue justo. ¡Comprended esto! Hace un año que los generales Billot, Boisdeffre y Gonse, conociendo la inocencia de Dreyfus, guardan para sí esta espantosa verdad. ¡Y duermen tranquilos, y tienen mujer e hijos que los aman!
El coronel Picquart había cumplido sus deberes de hombre honrado. Insistió cerca de sus jefes, en nombre de la justicia, suplicándoles, diciéndoles que sus tardanzas eran evidentes ante la terrible tormenta que se les venía encima, para estallar, en cuanto la verdad se descubriera. Moinsieur Scheurer-Kestner rogó también al general Billot que por el patriotismo activara el asunto antes de que se convirtiera en desastre nacional. ¡No! El crimen estaba cometido y el Estado Mayor no podía ser culpable de ello. Por eso, el teniente coronel Picquart fue nombrado para una comisión que lo apartaba del ministerio, y poco a poco fueron alejándose hasta el ejército expedicionario de África, donde quisieron honrar un día su bravura, encargándole una misión que le hubiera la vida en los mismos parajes donde el marqués de Mopres encontró la muerte. Pero no había caído aún en desgracia; el general Gonse mantenía con él una correspondencia muy amistosa. Su desdicha era conocer un secreto de los que no debieran conocerse jamás.
En París la verdad se abría camino, y sabemos ya de que modo la tormenta estalló. M. Mathieu Dreyfus denunció al comandante Esterhazy como verdadero autor de la nota sospechosa; mientras M.Scheurer-Kestner depositaba entre las manos del guardasellos una solicitud pidiendo la revisión del proceso. Desde ese punto el comandante Esterhazy entra en juego. Testimonios autorizados lo muestran como loco, dispuesto al suicidio, a la fuga. Luego, todo cambia, y sorprende con la violencia de su audaz actitud. Había recibido refuerzos: un anónimo advirtiéndole los manejos de sus enemigos; una dama misteriosa que se molesta en salir de noche para devolver un documento que había sido robado de las oficinas militares y que le interesaba conservar para su salvación. Comienzan de nuevo las novelerías folletinescas, en la que reconozco los medios ya usados por la fértil imaginación del teniente coronel Paty de Clam. Su obra, la condenación de Dreyfus, peligraba, y sin duda quiso defenderla. La revisión del proceso era el desquiciamiento de su novela folletinesca, tan extravagante como trágica, cuyo espantoso desenlace se realiza en la Isla del Diablo. Y esto no podía consentirlo. Así comienza el duelo entre el teniente coronel Picquart, a cara descubierta, y el teniente coronel Paty de Clam, enmascarado. Pronto se hallarán los dos ante la justicia civil. En el fondo no hay más que una cosa: el Estado Mayor defendiéndose y evitando confesar su crimen, cuya abominación aumenta de hora en hora.
Se ha preguntado con estupor cuáles eran los protectores del comandante Esterhazy. Desde luego, en la sombra, el teniente coronel Paty de Clam, que ha imaginado y conducido todas las maquinaciones, descubriendo su presencia en los procedimientos descabellados. Después los generales Boisdeffre, Gonse y Boillot, obligados a defender al comandante, puesto que no pueden consentir que se pruebe la inocencia de Dreyfus, cuando este acto habría de lanzar contra las oficinas de la Guerra el desprecio del público. Y el resultado de esta situación prodigiosa es que un hombre intachable, Picquart, el único entre todos que ha cumplido con su deber, será la víctima escarnecida y castigada. ¡Oh justicia! ¡Que triste desconsuelo embarga el corazón! Picquart es la víctima, se lo acusa de falsario y se dice que fabricó la carta telegrama para perder a Esterhazy. Pero, ¡Dios mío!, ¿por qué motivo? ¿Con qué objeto? Que indiquen una causa, una sola. ¿Estar pagado por los judíos? Precisamente Picquart es un apasionado antisemita. Verdaderamente asistimos a un espectáculo infame; para proclamar la inocencia de los hombres cubiertos de vicios, deudas y crímenes, acusan un hombre de vida ejemplar. Cuando un pueblo desciende a esas infamias, esta próximo a corromperse y aniquilarse.
A esto se reduce, señor Presidente de la república, el asunto Esterhazy, un culpable a quien se trata de salvar haciéndole parecer inocente, hace dos meses que no perdemos de vista esa interesante labor. Y abrevio porque solo quise hacer el resumen, a grandes rasgos, de la historia cuyas ardientes páginas un día serán escritas con toda extensión. Hemos visto al general Pellieux, primero, y al comandante Ravary, mas tarde, hacer una información infame, de la cual han de salir transfigurados los bribones y perdidas las gentes honradas. Después se ha convocado al Consejo de Guerra. ¿Cómo se pudo suponer que un Consejo de Guerra deshiciese lo que había hecho un Consejo de Guerra?
Aparte la fácil elección de los jueces, la elevada idea de disciplina que llevan esos militares en el espíritu, bastaría para debilitar su rectitud. Quien dice disciplina dice obediencia. Cuando el ministro de la guerra, jefe supremo, ha declarado públicamente y entre las aclamaciones de la representación nacional, la inviolabilidad absoluta de la cosa juzgada, ¿queréis que un Consejo de Guerra
se determine a desmentirlo formalmente? Jerárquicamente no es posible tal cosa. El general Billot, con sus declaraciones, ha sugestionado a los jueces que han juzgado como entrarían en fuego a una orden sencilla de su jefe: sin titubear. La opinión preconcebida que llevaron al tribunal fue sin duda esta: "Dreyfus ha sido condenado por crimen de traición ante un Consejo de Guerra; luego es culpable y nosotros, formando un Consejo de Guerra, no podemos declararlo inocente. Y como suponer culpable a Esterhazy, sería proclamar la inocencia de Dreyfus, Esterhazy debe ser inocente".
Y dieron el inocuo fallo que pesará siempre sobre nuestros Consejos de Guerra, que hará en adelante sospechosas todas sus deliberaciones. El primer Consejo de guerra pudo equivocarse; pero el segundo ha mentido. El jefe supremo había declarado la cosa juzgada inatacable, santa, superior a los hombres, y ninguno se atrevió a decir lo contrario. Se nos habla del honor del ejército; se nos induce a respetarlo y amarlo. Cierto que sí; el ejército que se alzará en cuanto se nos dirija la menor amenaza, que defenderá el territorio francés, lo forma todo el pueblo, y solo tenemos para el ternura y veneración. Pero ahora no se trata del ejército, cuya dignidad justamente mantenemos en el ansia de justicia que nos devora; se trata del sable, del señor que nos darán acaso mañana. Y besar devotamente la empuñadura del sable del ídolo. ¡No, eso no!
Por lo demás queda demostrado que el proceso Dreyfus no era mas que un asunto particular de las oficinas de guerra; un individuo del Estado Mayor, denunciado por sus camaradas del mismo cuerpo, y condenado, bajo la presión de sus jefes.
Por lo tanto, lo repito, no puede aparecer inocente sin que todo el Estado mayor aparezca culpable. Por esto las oficinas militares, usando todos los medios que les ha sugerido su imaginación y que les permiten sus influencias, defienden a Esterhazy para hundir de nuevo a Dreyfus. ¡Ah!, que gran barrido debe hacer el Gobierno republicano en esa cueva jesuítica (frase del mismo general Billot). ¿Cuándo vendrá el ministerio verdaderamente fuerte y patriota, que se atreva de una vez a refundirlo, y renovarlo todo? Conozco a muchas gentes que, suponiendo posible una guerra, tiemblan de angustia, ¡porque saben en qué manos esta la defensa nacional! ¡En qué albergue de intrigas, chismes y dilapidaciones se ha convertido el sagrado asilo donde se decide la suerte de la patria! Espanta la terrible claridad que arroja sobre aquel antro el asunto Dreyfus; el sacrificio humano de un infeliz, de un puerco judío. ¡Ah! se han agitado allí la demencia y la estupidez, maquinaciones locas, prácticas de baja policía, costumbres inquisitoriales; el placer de algunos tiranos que pisotean la nación, ahogando en su garganta el grito de verdad y de justicia bajo el pretexto, falso y sacrílego, de razón de estado.
Y es un crimen más apoyarse con la persona inmunda, dejarse defender por todos los bribones de París, de manera que los bribones triunfen insolentemente, derrotando el derecho y la probidad. Es un crimen haber acusado como perturbadores de Francia a cuantos quieren verla generosa y noble a la cabeza de las naciones libres y justas, mientras los canallas urden impunemente el error que tratan de imponer al mundo entero. Es un crimen extraviar la opinión con tareas mortíferas que la pervierten y la conducen al delirio. Es un crimen envenenar a los pequeños y a los humildes, exasperando las pasiones de reacción y de intolerancia, y cubriéndose con el antisemitismo, de cuyo mal morirá sin duda la Francia libre, si no sabe curarse a tiempo. Es un crimen explotar el patriotismo para trabajos de odio; y es un crimen, en fin, hacer del sable un dios moderno, mientras toda la ciencia humana emplea sus trabajos en una obra de verdad y de justicia.
¡Esa verdad, esa justicia que nosotros buscamos apasionadamente, las vemos ahora humilladas y desconocidas! Imagino el desencanto que padecerá sin duda el alma de M. Scheurer-Kestner, y lo creo atormentado por los remordimientos de no haber procedido revolucionariamente el día de la interpelación en el Senado, desembarazándose de su carga, para derribarlo todo de una vez. Creyó que la verdad brilla por si sola, que se lo tendría por honrado y leal, y esta confianza lo ha castigado cruelmente. Lo mismo le ocurre al teniente coronel Picquart que, por un sentimiento de dignidad elevada, no ha querido publicar las cartas del general Gonse; escrúpulos que lo honran de tal modo que, mientras permanecía respetuoso y disciplinado, sus jefes lo hicieron cubrir de lodo instruyéndole un proceso de la manera mas desusada y ultrajante. Hay, pues, dos víctimas; dos hombres honrados y leales, dos corazones nobles y sencillos, que confiaban en Dios, mientras el diablo hacia de las suyas. Y hasta hemos visto contra el teniente coronel Picquart este acto innoble: un tribunal francés consentir que se acusara públicamente a un testigo y cerrar los ojos cuando el testigo se presentaba para explicar y defenderse. Afirmo que esto es un crimen más, un crimen que subleva la conciencia universal. Decididamente, los tribunales militares tienen una idea muy extraña de la justicia.
Tal es la verdad, señor Presidente, verdad tan espantosa, que no dudo quede como una mancha en vuestro gobierno. Supongo que no tengáis ningún poder en este asunto, que seáis un prisionero de la Constitución y de la gente que os rodea; pero tenéis un deber de hombre en el cual meditaréis cumpliéndolo, sin duda honradamente. No creáis que desespero del triunfo; lo repito con una certeza que no permite la menor vacilación; la verdad avanza y nadie podrá contenerla.
Hasta hoy no principia el proceso, pues hasta hoy no han quedado deslindadas las posiciones de cada uno; a un lado los culpables, que no quieren la luz; al otro los justicieros que daremos la vida porque la luz se haga. Cuanto más duramente se oprime la verdad, más fuerza toma, y la explosión será terrible. Veremos como se prepara el más ruidoso de los desastres.
Señor Presidente, concluyamos, que ya es tiempo.
Yo acuso al teniente coronel Paty de Clam como laborante -quiero suponer inconsciente- del error judicial, y por haber defendido su obra nefasta tres años después con maquinaciones descabelladas y culpables.
Acuso al general Mercier por haberse hecho cómplice, al menos por debilidad, de una de las mayores iniquidades del siglo.
Acuso al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus, y no haberlas utilizado, haciéndose por lo tanto culpable del crimen de lesa humanidad y de lesa justicia con un fin político y para salvar al Estado Mayor comprometido.
Acuso al general Boisdeffre y al general Gonse por haberse hecho cómplices del mismo crimen, el uno por fanatismo clerical, el otro por espíritu de cuerpo, que hace de las oficinas de Guerra un arca santa, inatacable.
Acuso al general Pellieux y al comandante Ravary por haber hecho una información infame, una información parcialmente monstruosa, en la cual el segundo ha labrado el imperecedero monumento de su torpe audacia.
Acuso a los tres peritos calígrafos, los señores Belhomme, Varinard y Couard por sus informes engañadores y fraudulentos, a menos que un examen facultativo los declare víctimas de ceguera de los ojos y del juicio.
Acuso a las oficinas de Guerra por haber hecho en la prensa, particularmente en L'Éclair y en L'Echo de París. una campaña abominable para cubrir su falta, extraviando a la opinión pública.
Y por último: acuso al primer Consejo de Guerra, por haber condenado a un acusado fundándose en un documento secreto, y al segundo Consejo de Guerra, por haber cubierto esta ilegalidad, cometiendo el crimen jurídico de absolver conscientemente a un culpable.
No ignoro que, al formular estas acusaciones, arrojo sobre mí los artículos 30 y 31 de la Ley de Prensa del 29 de julio de 1881, que se refieren a los delitos de difamación. Y voluntariamente me pongo a disposición de los Tribunales.
En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.
Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente.
Así lo espero.
Émile ZolaParís, 13 de enero de 1898
Acompañando el Sarabande de Haendel
domingo, 23 de septiembre de 2007
Como el agua... con Newton
Una noche la de ayer muy interesante, la verdad. Quien pudiera ver un tornado como el de la foto
"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano."
Isaac Newton, físico inglés (1643-1727)
Canta Camarón de la Isla, "como el agua"
.
sábado, 22 de septiembre de 2007
La investigacion policial... en marcha
- ¿Era chino?
- ¿No?
- Qué alivio...mil millones de sospechosos menos.
Policía de Scotland Yard de la serie de TV "Un hombre en casa".
La canción es "Radio Nowhere" del gran Bruce Springsteen, que además tuvo la gentileza de presentarla en abierto por internet a los miles de millones de piratas y ladrones que por aqui andamos...
.
viernes, 21 de septiembre de 2007
Persiguiendo... al correcaminos
.
jueves, 20 de septiembre de 2007
Injusticias... en vivo y en directo
"If you are neutral in situations of injustice, you have chosen the side of the oppressor. If an elephant has its foot on the tail of a mouse and you say that you are neutral, the mouse will not appreciate your neutrality."
"Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor. Si un elefante pone su pie en la cola del ratón y tu dices que eres neutral, el ratón no apreciará tu neutralidad."
Desmond Tutu, obispo y escritor sudafricano (1931)
Sammy Davis Jr. canta esta alucinante historia "Mister Bojangles" de 1968 basada en la vida de un bailarín de los años 30 y 40
y una muy buena versión de Robbie Williams
.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Cada vez más... Karl Marx
"Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar. ¡Proletarios del mundo uníos!" (Manifiesto del Partido Comunista, Marx-Engels 1848)
Karl Marx, filósofo alemán (1818-1883)
Léanse por favor estas palabras tan actuales en alemán y con el debido tono de solemnidad.
Aviso a navegantes, Marx murió en 1883, la revolución rusa fue en 1917. Y no se tiene noticia de que viajara en el tiempo.
Cantan Orishas la canción "El kilo"
.
martes, 18 de septiembre de 2007
Pensamientos chilenos... con stand by me
Pablo Neruda, poeta chileno (1904-1973)
Si lo dice Neruda, habrá que hacerle caso. Además suena muy razonable ¿no?
Ben E. King canta "stand by me"
lunes, 17 de septiembre de 2007
Una pena... pero hay que estar contentos
Hay que estar muy ilusionados con los Juegos del año que viene. El equipo que tenemos es muy bueno, la trayectoria es impresionante. Y Rusia ha sido mejor esta vez, punto.
"Defeat is not the worst of failures. Not to have tried is the true failure."
"La derrota no es el peor de los fracasos. No haberlo intentado es el verdadero fracaso."
George E. Woodberry, poeta norteamericano (1855-1930)
Solo AC/DC me puede curar este mal rato, así que "Highway to Hell"...
.
sábado, 15 de septiembre de 2007
Rugby IV... la batalla de Isandhlwana
"El 11 de diciembre de 1878 los británicos habían presentado un ultimátum a Cetshwayo, el rey zulú, cuándo prácticamente ya se había decidido atacarlo. El ejército británico de 16.800 hombres estaba compuesto de regimientos de caballería, infantería y del cuerpo de voluntarios de Natal, compuesto por africanos y bóers. Las columnas de suministro estaban compuestas por 612 carromatos y 113 carros ligeros tirados por 7.626 animales de tiro lo que causaba mucho retraso. Chelmsford trasladó sus tropas desde Pietermaritzburg, dónde estaba instalado, hasta el campamento de Helpmekaar, cerca de Greytown.
El 9 de enero llegaron a Rorke's Drift, y en la mañana del 11 de enero, sin aguardar la respuesta al ultimátum, comenzaron a cruzar el río Buffalo, entrando en Zululandia. Los británicos acamparon en Isandlwana, un lugar en campo abierto, que no fortificaron, confiando en su armamento y organización superior, y aunque organizaron patrullas de reconocimiento que se encontraron con algunos zulúes, no fueron capaces de descubrir la magnitud de las tropas zulúes de las inmediaciones, que consistía en 35 impis (regimientos).
Chelmsford dividió su ejército y se dedicó a buscar los zulús. Dejó el 1º batallón del 24º Regimiento de infantería al cuidado del campamento bajo el mando de Henry Pulleine, un administrador sin experiencia bélica.
Mientras Chelmsford estaba en campo abierto buscando el ejército zulú y hostigado por pequeñas partidas zulúes que lo alejaron del campamento, el ejército zulú, compuesto por unos 22.000 hombres, atacó el campamento británico. Los 1.000 soldados británicos y 800 nativos fueron totalmente superados. Los zulúes no hicieron prisioneros y mataron a casi todos, tan sólo 55 militares británicos y 300 nativos consiguieron huir. Después de la batalla, los zulúes, siguiendo su tradición, abrieron los cuerpos de los muertos para liberar los espíritus."
Durante años los ingleses con su habitual manera de reescribir la historia mantuvieron esta humillante derrota de Isandlwana fuera de los libros de Historia.
Ayer en París en el Mundial de Rugby los Springboks sudafricanos aplastaron a Inglaterra 36-0 (link) Este Mundial se lo van a merendar los del hemisferio sur. Cualquier derrota de la pérfida Albion es siempre bienvenida.
.
viernes, 14 de septiembre de 2007
Proverbio latino... con tarantella incluida
"Quid quid latine dictum sit, altum videtur."
Que traducido viene a decir:
"Cualquier cosa que se diga en latín, suena más profunda."
Y una bella tarantella napolitana...
esta música de la Campania, Apulia y Calabria al Sur de Italia, dicen que era la única cura para las picaduras de Tarántula. De ahí su nombre aunque es más probable que el verdadero origen sea que la música nació en la sureña ciudad de Taranto.
¿Pero a que suena mejor la historia de las arañas? Igual que queda mejor decir cualquier chorrada en latín, en lugar de decirlo en castellano. Y ojo que a veces lo hago yo mismo.
.
jueves, 13 de septiembre de 2007
A sentir el ruido... con Bradbury
Es el momento de poner el tocadiscos, subir bien el volumen y que tiemblen los altavoces...
Los reyes del Glam Slade con "Cum on feel the noize" de 1973
espectacular y espeluznante video... ahora solo la música, que gran canción!!!
.
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Relato árabe... con música de Spinto Band
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
"Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro".
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
"Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".
Intrigado, el amigo preguntó:
-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.
Cuento anónimo árabe (link en Ciudad Seva)
"Mandy" por The Spinto Band
.
martes, 11 de septiembre de 2007
Como han usado... el 11 de septiembre
La desgracia es que ha habido algunos vendeburras que han usado aquello para sus propios intereses. Y con no muy buenos resultados, visto como va la guerra de Iraq. Y encima para rematar la jugada se despachan amenazando con extender el desastre aún más.
El chiste es muy bueno (link):
El Doctor Bush y las denuncias sobre las armas de Iraq (tachado y cambiado a Irán) y el Tónico para rejuvenecer el pelo.
Y el calvo pregunta "Diga, ¿no pasó usted por aquí hace unos pocos años?"
David Bowie canta "The man who sold the world"
11 de septiembre... 34 años después
Otro 11 de septiembre recordando a Chile. Y alegrándonos de que hoy, 34 años después, es un país libre. Y en muchos sentidos Chile es un ejemplo de que en Latinoamérica es perfectamente posible una sociedad en la que se discrepe sin considerar al otro un enemigo o un objetivo militar. Que si se deja a la gente organizarse razonablemente sin intervencionismos extranjeros acaban llegando a entenderse y que se dejan atrás los rencores y las venganzas porque al final no queda más remedio que convivir.
Canta Pablo Milanés "Yo pisaré las calles nuevamente" recreando aquellas palabras finales de Allende:
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
lunes, 10 de septiembre de 2007
Musica variada... para el lunes
Madrugón de lunes, un coñazo vamos. Como decían Gomaespuma, "¡ya queda menos para el viernes!"
-Laura Branigan con "Spanish Eddie"
-Pat Benatar con "We belong"
-Bryan Adams con "Summer of '69"
-U2 con "In a little while"
.
domingo, 9 de septiembre de 2007
La oportunidad... y la pesca
Ovidio, poeta romano (43 aC - 17 dC)
Pues eso.
Acompaña el mágico y Bello Danubio Azul (An der schönen blauen Donau) de Johann Strauss hijo.
.
sábado, 8 de septiembre de 2007
Obstaculos relativos... por Lorelai Gilmore
Rory: Vaya se está bien aquí en el left field.
Lorelai: Eh, lo siento. Pusieron Sunset Boulevard anoche y no sé... lo conocía desde hacía años... Sabrina, Stalag 17.... pero algo sucedió anoche.
Rory: Te diré.
Lorelai: Creo que fue la escena del mono.
Rory: ¿Sabes que está muerto, verdad?
Lorelai: ¿Quién? ¿el mono?
Rory: ¡William Holden!
Lorelai: Todas las grandes relaciones tienen sus obstáculos.
Conversación entre madre e hija guapísima en Las chicas Gilmore (episodio 2.13)
Cantan los porteños Fabulosos Cadillacs un impresionante directo de "Vasos vacíos"
y la original con Celia Cruz
.
viernes, 7 de septiembre de 2007
Lucían las estrellas... adiós a Pavarotti
Vaya por delante que no tengo ni la más remota idea de ópera, solo sé que algunas de ellas me gustan y me emocionan. Este es el caso.
Y ya sé que hoy habrá miles de blogs hablando del tema, y no es muy original pero llevaba un montón de tiempo deseando poner esta música y hoy es el día.
Mario Cavaradossi está esperando su cercana ejecución en su celda del castillo de Sant'Angelo y escribe una última carta a su amada Tosca y de dentro le sale esta apasionada declaración de amor a ella y a la vida recordando los momentos y sentimientos:
Y brillaban las estrellas y como olía la tierra… sonaba la puerta del huerto y unos pasos cruzaron la arena… Entraba ella fragante y caía entre mis brazos… ¡Oh dulces besos, lánguidas caricias! Mientras yo emocionado desvelaba las bellas formas… Se desvanece para siempre mi sueño de amor… El tiempo ha acabado… ¡y voy a morir desesperado! ¡Y jamás he amado tanto la vida!
Ahí va...
jueves, 6 de septiembre de 2007
Ha llegado el momento... de que alguien haga algo
"Will somebody please give Bush a blowjob so we can impeach him!"
"¡Podría alguien por favor hacerle a Bush una mamada y así podremos procesarlo!"
Impeachment es el procedimiento y la garantía fijada en el Artículo 1 de la Constitución de los Estados Unidos que permite procesar a cualquier cargo público a causa de delitos graves. En el año 1998 Bill Clinton fue procesado después de saberse que Mónica Lewinsky le desatascaba las tuberías en el Despacho Oval.
Y para disfrutar...la canción tradicional baptista "We shall overcome" por el gran Bruce Springsteen...esta canción se convirtió en un himno de los trabajadores y la lucha por los derechos civiles, desde Carolina del Sur a Sudáfrica y desde Irlanda del Norte a Bangladesh ...
.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Equipazo de verdad... en el Eurobasket
Y el partido de hoy con Letonia ha estado muy bien, atacando sin parar los dos (93-77) y ojo a los letones que son bastante buenos.
La música la ponen The Postal Service con "Such Great Heights"
.
martes, 4 de septiembre de 2007
Cuanto pagarias por ver... bajo la toalla
.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Los que piden guerra... nunca han oído un disparo
"Yo confieso, sin vergüenza alguna, que estoy harto y cansado de pelear, toda esa gloria es efímera; incluso el mayor de los éxitos se consigue sobre cuerpos muertos y destrozados, con la angustia y lamentaciones de familias lejanas, que me preguntan por sus hijos, maridos y padres... y es que solo aquellos que nunca han oído un disparo, nunca han oído los gritos de dolor de los heridos y quemados... esos son los que gritan pidiendo más guerra, más venganza y más desolación."
(de una carta escrita en Mayo de 1865 en plena Guerra Civil Americana)
William Tecumseh Sherman, general y escritor estadounidense (1820-1891)
La música es "When Johnny comes marching home" de la guerra civil americana...
sábado, 1 de septiembre de 2007
Rugby III... los grupos del Mundial
Creo que el campeón saldrá de Inglaterra y Francia por el hemisferio norte, mientras que los eternos Australia y Nueva Zelanda defenderán al hemisferio sur.
Aunque yo apoyo a Argentina, así que ¡vamos Pumas!
Ahi va un video de 10 minutos de rugby puro y duro en vena...realmente bueno
.