Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
"Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro".
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
"Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".
Intrigado, el amigo preguntó:
-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.
Cuento anónimo árabe (link en Ciudad Seva)
"Mandy" por The Spinto Band
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7 comentarios:
Muy bonito, sí, pero creo yo que todo debería escribirse en piedra o en arena. Eso sería lo justo. C´est la vie...
Bonito relato.
Yo estoy de acuerdo con él. A un amigo se le perdona casi todo. Tb es cierto que no es fácil tener amigos de verdad. Pero si a pesar de todo siguen por ahí alrededor de la manera que sea, será por que lo son. Eso creo.
Te quedas lo bueno y tiendes a olvidar lo malo, low. Se llama memoria selectiva.
Oye! No me regañes! Yo doy mi opinión!! Tendré que entrenarme más en esa selectividad. Pero aún así, sigue sin parecerme justo. Cada cosa suma o resta 1 punto.
No te regaño, low pero creo que hay diferencia. Si es tu amigo o amiga es porque perdonas sus errores o erroras y necesitas su ayuda.
A veeeer, si no digo lo contrario. Sólo pienso que sus errores (al igual que sus aciertos) valen 1 punto. De él dependerá el estar en positivo o en negativo no? Pero no creo que haya que ser especialmente benevolente con los fallos. El truco está en no cometerlos!
¡Que bonita historia! Para mi los amigos (los de verdad) son como mi segunda familia. Cuando pienso en los grandes momentos de mi vida se que no habrían sido lo mismo si no los hubiese compartido con ellos. También han estado y me han ayudado a salir de los malos. Creo que por eso perdonamos y olvidamos los fallos (ellos hacen lo mismo con lo nuestros) y nos quedamos con lo bueno. Al fin y al cabo es lo que merece la pena recordar.
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