Hoy toca historia rara. La tenaz lucha de la "Isla de las Rosas" por su libertad de Italia tuvo su momento cumbre el 1 de mayo de 1968 cuando declaró su independencia. El nombre en italiano era "Libero Territorio dell’Isola delle Rose". Se encuentra solo a 11 kilómetros de la costa de Rimini (la ciudad natal e inspiración de Federico Fellini nada menos)
Como país no era gran cosa, apenas 0,0004 km2, a decir verdad era más bien una plataforma artificial construida 4 años antes por un avispado (o romántico soñador tal vez) italiano de peculiar nombre Giorgio Rosa.
No nos engañemos la isla es, a pesar de su nombre, poco atractiva, desde luego no muy comparable a los paradísiacos atolones de Polinesia. Rosas había más bien pocas, pero eso sí, había espacio suficiente para un restaurante, un bar, una discoteca, una tienda de recuerdos y una oficina de correos (con sellos propios de la república y no es coña)
Como vemos el noble pueblo de la Isla de las Rosas siempre tuvo iniciativa a pesar de las dificultades que le tocó afrontar. La lengua oficial era el esperanto y la moneda el Mill (equivalente a una lira italiana de la época, o sea poco) Instalaron una radio-pirata desde la que emitían música y proclamas varias. Administrativamente la Isla de las Flores tenía un presidente (Antonio Malossi) y cinco Ministerios, a saber Finanzas, Industria-Comercio, Asuntos Internos, Asuntos Externos y Relaciones. En eso sí que se dieron prisa.
Los problemas empezaron cuando la joven y emprendedora república quiso abrir un casino al margen de las autoridades italianas sin declarar impuesto alguno al Fisco. Ahí acabó la aventura de la Isla de las Flores. El gobierno italiano inició un bloqueo naval de la isla, a pesar de que el único habitante real de la misma era el bueno de Pietro Berardini, un marinero que un año antes había naufragado en el Mar Adriático y se había instalado a vivir en la isla-plataforma.
El 25 de junio se acabó del todo esta curiosa iniciativa cuando las fuerzas militares y policiales italianas tomaron la isla por las bravas, lógicamente sin pegar un tiro ni nada parecido, llevandose al único guardia de la isla y a su mujer a tierra firme.
El gobierno local envió un indignado telegrama al presidente de la República Italiana protestando por "la violazione della relativa sovranità e la ferita inflitta sul turismo locale dall’occupazione militare" Respuesta..., ni caso.
Durante los meses siguientes el parlamento italiano, ese gran mercadillo persa inimitable de la política moderna, debatió a fondo el asunto llegando al único lugar donde podían llegar... ninguna parte.
Hasta que se hartaron de debatir y el 11 de febrero de 1969 ingenieros del Gobierno italiano hundieron la isla con dinamita, zanjando el asunto y de paso la Isla que unió así su destino al de la legendaria isla indonesia de Krakatoa.
Canción popular calabresa para disfrutar esta historia tan italiana "La Tarantola" (sí la del principio de El Padrino)
La historia completa en italiano (link) / Otra web donde cuentan la historia (link)
4 comentarios:
esto es lo que voy a hacer yo... me iré a enterar si IKEA me permite fundar la República de Mi Casa pues ultimammente entre Peperos, Pepiños Blanco, los independientes de nuevo cuño y los independentistas alterados me dan ganas de independizarme!!! Ayer comí con un amiguete tuyo que en ideas politicas se sale (alias cebollo)
Pues es una buena manera de no pagar impuestos. Había otra plataforma por ahí perdida que se llamaba ¿Sealand? Están entonces la de las rosas, la de Sealand, y la de Ccbre...unos chalados, je je.
mira pau, me has dado una idea con lo de Sealand... si la cosa es tener jeta en esta vida
ccbre necesitas ayuda urgentemente, ayuda profesional!
Me gustó tu blog,
Un saludo
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