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Las gigantescas estatuas en la frontera sur del Alto Egipto, avisan a los invasores del sur que en ese límite del Nilo empezaba el gigantesco imperio del rey dios. Al lado a la derecha está el templo de su esposa Nefertari, que por si solo sería ya impresionante, pero que unido al templo mayor es realmente una pasada.
La verdad es que el viaje desde Asuán es una paliza, más aun cuando el convoy de autobuses sale a las 3 de la mañana, y has llegado desde España con tres vuelos a las 2, o sea una hora antes. Pero bueno la verdad es que vale la pena, porque la imagen de los dos templos es realmente impresionante. Después de 3.200 años sigue sobrecogiendo no solo las estatuas del exterior si no la sala de de columnas de Ramsés II en el interior del templo, así como las pinturas del faraón aniquilando a sus enemigos...
Cuando uno se queda frente a la fachada principal de Abu Simbel y mira hacia arriba se siente realmente pequeño ante la grandeza e inmortalidad del faraón. Y piensas en como se sentirían los egipcios y nubios de hace 32 siglos...
El poema de su escriba Pentaur habla así del gran y cruel faraón en la batalla de Qadesh contra los hititas en el año 1.274 antes de Cristo:
"Irguiéndose en toda su estatura, el rey viste la fiera armadura de combate y con su carro tirado de dos caballos lánzase en lo más recio de la contienda. ¡Estaba solo, muy solo, sin nadie junto a él!... Sus soldados y su séquito le miraban desde lejos, en tanto que atacaba y defendíase heroicamente. ¡Le rodeaban dos mil quinientos carros, cada uno con tres guerreros, todos apremiándose para cerrarle el paso! ¡Solo e intrépido, no le acompañaban ni príncipes, ni generales, ni soldados!..."
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La música la pone Franco Battiato con los trenes de Tozeur...
4 comentarios:
impresiona, pero más que alejar atrae
uno de esos viajes siempre pendientes. Gracias por trasladarme allí por unos minutos.
De nada zorro. De verdad que es muy muy impresionante verlo allí, semejantes estatuas hace 32 siglos, y uno piensa "si Ramsés II quería ser inmortal, sin duda lo ha conseguido".
Y encima el cielo en África es tan azul que a veces parece que se fuera a caer sobre nuestras cabezas.
Es un viaje tremendo todo Egipto.
León, Zorro, saludos!!
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