lunes, 27 de agosto de 2007

Los copiadores de Arequipa... Perú

En los bancos de una de las esquinas de la explanada se sentaban cuatro o cinco "copiadores". Con sus viejas máquinas portátiles de escribir apoyadas en las rodillas, redactaban instancias y cartas para la gente que no sabía escribir o que no tenía una máquina para hacerlo. Cobraban sesenta céntimos de euro por cada folio. Uno de ellos se llamaba Hernando y usaba una Olivetti.
- Redacto oficios, solicitudes y misivas - me dijo.
- ¿Cartas de amor?
- De todo. Y la gente que no sabe qué decir me demanda opinión. Muchos quieren pedir perdón, por ejemplo, porque fueron mujeriegos o borrachos. Y yo les escribo para sus esposas frases bonitas de súplica. Porque las mujeres perdonan una y otra vez cuando aman, pero son bien duras el día que dejan de querer. Otros quieren enamorar a una joven y yo les aconsejo que, si dicen demasiadas cosas bellas a una mujer, como que levita ella, casi que se echa a volar. Y eso no es bueno. Hay que darles indiferencia también y así mueren por ti. Porque la indiferencia mata. Ya ve: en este oficio hay que saber dar opiniones útiles y tener mucho vivido.

Conversación en Arequipa (Perú) de Javier Reverte en "El Río de la Desolación".

La canción es "Cuando llora mi guitarra" del peruano Alfonso Polo Campos.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué chulo el fragmento. Me recordó un poco a una novela de "La tía Julia y el escribidor" de Vargas Llosa.
Menos mal que has vuelto León, pensábamos que te habías dado a la fuga, capullo!

Anónimo dijo...

No sé por qué me sonaba esto. Bueno, para algunas cosas tengo poca memoria, pero para otras sí que tengo!
Que trabajo más interesante.

Leon dijo...

No conozco el libro del que habla vd Low. Pero este de Javier Reverte es una mina. Lo de los copiadores lo vi en un documental hace años y me alucinó la historia.