
Nos pareció más bonito el camino que lleva a Monteriggioni que la villa en sí.
Aun así valió la pena parar en la ciudad que Dante describió, comparandolo con una parte de su infierno:
"De la misma manera que
Montereggioni corona de torres su recinto amurallado,
así, por el borde que rodea el pozo
se elevaban como torres y hasta la mitad del cuerpo
los horribles gigantes a quienes aún amenaza
Júpiter desde lo alto del cielo cuanto truena"
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