viernes, 26 de junio de 2009

La ley y la autoridad II... sigue Kropotkin

"...Es ésta la atmósfera moral en que los padres educan a sus hijos, y la escuela no sirve más que para confirmar la impresión. Para demostrar la necesidad de la ley se inculcan a los niños fragmentos sabiamente elegidos de falsa ciencia; la obediencia a la ley se convierte en una religión; la bondad moral y la ley de los amos se funden en una y la misma divmidad. El héroe histórico de la escuela es el hombre que obedece a la ley, y la defiende contra los rebeldes. Más tarde, cuando nos incorporamos a la vida pública, la sociedad y la literatura se aplican, día a día y hora a hora, como la gota de agua que agujerea la piedra, a continuar inculcándonos: el mismo prejuicio. Los libros de historia, de ciencia política, de economía social, están llenos de este respeto a la ley. Hasta las ciencias físicas se han visto forzadas a ponerse al servicio de esta tendencia introduciendo formas de expresión artificiales, tomadas de la teología y del poder arbitrario, siendo un conocimiento que es puro resultado de la observación. Así se logra nublar nuestra inteligencia, y mantener siempre nuestro respeto a la ley. La misma tarea hacen los periódicos. No hay un artículo que no predique el respeto a la ley, aun cuando la tercera página demuestre diariamente la estupidez de esa ley, y muestre cómo es arrastrada y pisoteada por los encargados de su administración. El servilismo ante la ley se ha convertido en virtud, y dudo que haya habido nunca ni siquiera un revolucionario que no empezase en su juventud como defensor de la ley contra lo que suelen llamarse abusos, aunque estos últimos sean consecuencia inevitable de la ley misma. El arte coincide en esto con la supuesta ciencia. El héroe del escultor, el pintor, el músico, protege la ley bajo su escudo, y con los ojos relampagueantes y el ceño fruncido está siempre dispuesto a derribar al hombre que quiera atacarla. Se levantan templos en su honor; los propios revolucionarios vacilan ante la idea de tocar a los sumos sacerdotes que están a su servicio, y cuando la revolución va a barrer alguna vieja institución, sigue siendo con la ley con lo que intenta santificar el hecho. La masa confusa de reglas de conducta que llamamos leyes, herencia de la esclavitud, la servidumbre, el feudalismo y la realeza, ha ocupado el lugar de aquellos monstruos de piedra ante los que solían inmolarse víctimas humanas. y a los que los esclavizados salvajes no se atrevían siquiera a tocar por miedo a que los matasen los rayos del cielo. Este nuevo culto se ha asentado con especial éxito desde que alcanzó el poder la clase media: desde la Gran Revolución Francesa. En el antiguo régimen, hablaban los hombres poco de leyes; a menos que fuese para oponerlas al capricho del rey. como Montesquieu, Rousseau y Voltaire. La obediencia a la voluntad sin trabas del rey y de sus lacayos era obligatoria bajo pena de horca o de prisión. Pero durante las revoluciones y tras ellas. cuando los juristas llegaron al poder. hicieron lo posible para fortalecer el principio del que dependía su dominio. La clase media lo aceptó de inmediato como dique contra el torrente popular. La casta sacerdotal se apresuró a santificarlo, para que no se hundiese su barca entre las olas. Por último, el pueblo lo recibió como una mejora frente a la autoridad arbitraria y la violencia del pasado. Para entender esto hemos de trasladarnos con el pensamiento al siglo dieciocho. Nuestros corazones deben estremecerse con ta historia de las atrocidades cometidas por la todopoderosa aristocracia de la época con los hombres y mujeres del pueblo para poder captar la influencia mágica que sobre el pensamiento de los campesinos debieron ejercer las palabras: Igualdad ante la ley, obediencia a la ley sin distinción de origen o fortuna. El que hasta entonces se había visto tratado con más crueldad que los animales. el que no había tenido jamás derecho alguno, el que jamás obtuviera justicia frente a los actos más repugnantes de los nobles a menos que se tomase la venganza por su mano y acabase ahorcado, se veía reconocido en esta máxima, al menos en teoría, al menos respecto a sus derechos personales. como igual a su señor. Cualquiera que pudiese ser esta ley, prometía tratar por igual al señor y al campesino; proclamaba la igualdad de ricos y pobres ante el juez. Tal promesa era falsa, y hoy lo sabemos; pero en ese período era un avance, un homenaje a la justicia, como la hipocresía es un homenaje prestado a la verdad. Este es el motivo de que, cuando los salvadores de la amenazada clase media (los Robespierre y los Danton), apoyándose en las obras de los Rousseau y los Voltaire proclamaron: Respeto a la ley e igualdad de todos los hombres ante ella, el pueblo aceptase el compromiso; en el ímpetu revolucionario había agotado ya su fuerza, luchando con un enemigo cuyas filas aumentaban día a día; inclinó la cabeza bajo el yugo de la ley para salvarse del poder arbitrario de sus señores."

The Clash
con Spanish Bombs..
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5 comentarios:

bastiagueiro dijo...

yo no pase de la tercera linea, pero hablando de autoridad y de leyes,
... y en este blog tan culturetas:
¿me podiais informar que significa el 20 en los cartelitos del PLAN E?
¿Y por que se deja un tercio del enorme cartel sin informacion?
¿y por que no explican y nos razonan estas cuestiones los responsables, ni la oposicion pide explicaciones?
lo estoy pasando mal con esta indefinicion. gracias

pau dijo...

qué proponía exactamente este?
Que estén mal hechas y cumplidas las leyes no quiere decir que no tenga que haberlas, no?

Lo del plan E, ni idea, me parece que están quemando la pasta que ni siquiera es nuestra... veremos después de estos meses.

Por cierto, la oposición sí que dice, lleva tiempo diciendo que el camino es indefinido y equivocado. Otra cosa es lo que propongan...

Leon dijo...

bastiagueiro... lo lo pases mal, básicamente quieren que paguemos impuestos y que mantengamos el tinglado. Entretienen al personal con propaganda y cartelitos. Ojo, lo hacen unos y otros. Aunque lamentablemente este sea posiblemente el gobierno más mediocre en 30 años, y eso que el listón no estaba muy alto, perro el nivel es muy muy muy bajo.
pau, lo que dice es que para tener leyes malas es mejor no tenerlas y que hay que fomentar el espíritu crítico a través de la educación para no ser borregos (aunque todos lo somos en cierta manera, porque no dejamos de ser simios recién bajados del árbol)

pau dijo...

tampoco descubre la pólvora el tío... pero bueno, por lo menos escribe mucho, eso sí

Anónimo dijo...

y a la pregunta concreta de: ¿que significa el 20 en los cartelitos del PLAN E?
creo que es el num del decreto. ... dato muy importante pa todos (1 m. de alto).
¿hay algun comentario sobre ello en algun foro?
¿y pide explicaciones algun politico?