"Por extraño que parezca, aún queda mucha gente -políticos, sindicalistas, periodistas, empresarios, expertos y ciudadanos- que no cree en la necesidad del ajuste; o que, incapaz de asumir la idea de que se acabó el carbón, aún piensa que se puede hacer un ajuste de juguete, compensando por un lado lo que se nos quita por otro. Por eso hay sindicatos dispuestos a impedir que se les rebaje el sueldo a los funcionarios; y demagogos que insisten en que las pensiones tienen que seguir subiendo y la edad de jubilación bajando; y presidentes autonómicos que amenazan con destruir el mundo -¡muera Sansón con todos los filisteos!- si se retrasa «su» AVE; o gente cualquiera que, al grito de «otro ajuste es posible», están dispuestos a inmolarse, como los numantinos, si no le terminan su museo de arte moderno antes de las municipales, si no le hacen la autopista que pasa por su pueblo, o si no le ensanchan el paseo marítimo que se comieron las construcciones ilegales del último decenio. Y así, me temo, no solo vamos a ser incapaces de rebajar el déficit en el 1,5% adicional comprometido para el período 2010/2011, sino que podemos quedarnos muy lejos del objetivo del 3% de déficit señalado para el 2013.
La gente aún cree que se puede ahorrar mucho donde se gasta poco; o que se pueden pagar salarios altos con producción baja; o que una economía endeudada puede mantener altos estándares en los servicios educativos y sanitarios; o que las pensiones las garantiza su justicia intrínseca; o que una subida de impuestos sobre las rentas más altas puede prolongar la ficción de un modelo sostenible; o que la deuda soberana no interactúa con la deuda de las familias y las empresas para provocar el colapso del sistema. Y por eso sigue pensando que una adecuada defensa del interés propio puede derivar el espectro del ajuste hacia las parcelas del prójimo. Aunque lo peor no es esta tendencia al «sálvese quien pueda» que inspira la tibieza de los ciudadanos y la irresponsabilidad de líderes, partidos y sindicatos, sino la sensación de titubeo permanente en la que se mueve el Gobierno. Porque es esa indecisión de los gobernantes la que alimenta las estrategias de resistencia al ajuste.
Por eso hay que pedir, cuando aún estamos a tiempo, que se marquen con absoluta precisión las pautas, cuantías y equilibrios del ajuste; y que se establezcan las alianzas responsables -seguramente habrá que acudir otra vez a PNV y CiU- que nos rescaten de esta zozobra que a nadie beneficia. Y alguien tendrá que recordar, además, que todo esto sucede porque somos más pobres de lo que creíamos, y que ese empobrecimiento hace inútiles y dramáticas las pillerías y oportunismos de los que juegan a corto plazo."
La música de Dylan por Eddie Brickell "a hard rain's gonna fall"
2 comentarios:
Pues, por primera vez, comento ante tanta indignación.
Me quedo con la viñeta, real, clara y reflejo de este país que nos han dejado los de siempre.
Humo y tramoya de Bienvenido Mr. Marshall.
Apocalipsis amenizada por alguna tonadillera (perdón que ya se nos murieron las "grandes") pues algún torero, (si ya no los hay, casi ni toros) algún futbolista, (tampoco que son mercachifles del euro y el papel couché) o sea que además de jodidos ahora nuestro circo (lease debate político)es de una calidad irreverente.
Es que nadie va a levantar la voz para pedir que parte de ese ajuste sea hecho con los dineros de nuestra casa real???? VIVA LA III REPUBLICA!!!!
cierto, aunque tal vez una nueva república y después... o el orden ya se verá. A ver cómo salimos de esta.
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